Orlando Caputo expone sus visiones iniciales sobre la propuesta de ley minera del Ecuador.
Diciembre 19 del 2008.
En Chile, durante el gobierno de Salvador Allende, la Constitución Política del Estado fue transformada para incorporar en ella la Nacionalización del Cobre. La Constitución dejó establecida categóricamente que “el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas”. Allende propuso que la nacionalización del cobre quedará en la Constitución, dándole fuerza al poder constituyente que representa la soberanía del pueblo y que, por lo tanto no pudiera ser modificada por cualquier normativa secundaria, a no ser una propia reforma constitucional.
Pinochet a inicios de su dictadura, pretende anular lo actuado por Allende y promueve la des-nacionalización de las empresas mineras. Una propuesta de este tipo enfrentó la resistencia de la sociedad chilena, incluyendo sectores de las Fuerzas Armadas. En el año 82 Pinochet promueve una Ley Orgánica que transforma la concesión en “concesión plena”. El Ministro de Minería, José Piñera, autor de la ley señala en un documento llamado “El cascabel de la minería”, presentado en la Universidad Católica de Chile el año 2002)
“En el fondo, esta discusión doctrinaria sobre si lo que la Constitución había establecido era el dominio patrimonial o el eminente, no era la relevante. Más bien, para la inversión privada en la minería, interesaban otros aspectos.
a- “si este derecho de concesión podía ser vendido, hipotecado o entregado en garantía.
b- “el plazo de duración -si es que habría alguno-
c- “los criterios que se seguirían para indemnizar a un inversionista en el caso eventual de una expropiación”
En el documento citado, el ex Ministro destaca las características de la concesión plena, entre ellas:
Es una Concesión Judicial, su nacimiento, subsistencia y extinción están entregados al poder judicial, esto es, a una autoridad distinta al poder legislativo y ejecutivo del Estado.
Es un derecho de duración indefinida. En esa época esto se justificaba porque se consideraba que el cobre iba a ser obsoleto en los próximos años.
La concesión estaba protegida por el derecho de propiedad. …el titular puede libremente “usar, gozar y disponer”, vale decir, vender hipotecar, dar en garantía, heredar..Con esta Ley Orgánica de la Concesión Plena se desnacionalizó el cobre. CODELCO que producía y exportaba el 100% de la gran minería del cobre, ahora controla solo el 28%. El 72% es controlado por las grandes mineras mundiales de los países desarrollados.
En Ecuador, la Constitución en el Art. 317.- reconoce que “los recursos naturales no renovables pertenecen al patrimonio inalienable e imprescriptible del Estado”, similar a la Constitución chilena.
Sin embargo, la ley minera propuesta, transforma la concesión de los yacimientos en títulos mineros (Art. 28) casi sin límite. La concesión bajo la forma de título, puede ser transferible, transmisible y sujeto de garantía, cosa que vulnera el principio Constitucional, de la misma manera como sucedió en Chile.
Es a propósito de esto que un economista y jurista chileno amigo, Julian Alcayaga2 al que le solicité comentarios sobre el proyecto de ley minera del Ecuador, señala, entre otros aspectos, lo siguiente:
“En cuanto al fondo del proyecto, y al compararla con la Ley Minera Chilena, que es la que heredamos de Pinochet y su Ministro de Minería José Piñera, nos parece que este proyecto tuviera los mismos mentores ocultos que la Ley Minera de Pinochet, es decir las transnacionales mineras, y es esta la impresión que queda visto lo permisivo que es este proyecto con la actividad minera y la facilidad con la cual se entrega a la inversión extranjera”.
“El articulo 14 es realmente peor que la ley minera de Pinochet, al establecer que se podrá otorgar concesiones mineras en zonas urbanas, previa la autorización municipal, en playas previa autorización de la dirección de marina y del Ministerio del Ambiente en áreas naturales protegidas, bosques, etc. La ley debiera simplemente prohibir el otorgamiento de concesiones mineras en la mayor parte de las zonas que describe este proyecto”
“El artículo 18 tampoco parece aceptable, ya que permite la especulación con los derechos mineros, al establecer que estos serán títulos de valor, previa certificación de un profesional calificado.”
Retomando la situación de Chile, Radomiro Tomic, candidato a la Presidencia, cuando Allende triunfó, quién había incorporado en su programa también la nacionalización, junto con criticar la iniciativa pinochetista concluyó lo siguiente:
“Es evidente que el régimen de concesión plena es inconcebible con toda política chilena del cobre, de aquí en adelante no será el Estado Chileno, sino intereses foráneos, en larga medida competidores de Chile, quienes tendrán el poder decisorio efectivo sobre la producción y comercialización del cobre chileno en el mercado mundial. CODELCO (como empresa estatal), quedará arrinconada ¿Como negar que quien controla el cobre, controla Chile?”
Otro aspecto que me parece de gran relevancia se refiere al tiempo que se utiliza para transformar grandes procesos históricos o para comprometer el futuro de la sociedad. El problema del tiempo es muy importante. En Chile, Allende y las fuerzas populares incluyeron en sus cuatro programas como candidato a presidente la Nacionalización del cobre, desde 1952 hasta la cuarta en 1970. Esto respondiendo a un movimiento social y sindical en ascenso y de grandes batallas y mártires. La nacionalización del cobre nunca fue aceptada por los Estados Unidos. Y en el apoyo a Pinochet estaba el compromiso, no solo de la desnacionalización sino de la sanción. Por eso por los principales campamentos mineros pasó la comitiva militar encabezada por el general Sergio Arrellano, conocida en Chile como la “Caravana de la Muerte” provocando la muerte de varios ejecutivos y trabajadores de las empresas nacionalizadas.
Décadas de lucha fueron pisoteadas en un par de meses, como lo relata José Piñera, autor de la concesión Plena, en el documento arriba citado en el capítulo llamado el Nudo Gordiano: “tras un intenso mes de enero de 1981, dedicado al estudio de los más variados textos jurídicos e históricos, y a sopesar con mente abierta las opiniones de todas las personas que querían aportar algo en este tema, y tras un mes de febrero procesando toda esta información y reflexionando lejos del mundanal ruido, llegue a la conclusión, de que el nudo gordiano que estaba ahogando a la minería chilena no podía desamarrarse. Era preciso cortarlo. La “espada” la descubrí en un concepto y una fórmula de la lógica de la ciencia económica que, a mi juicio era plenamente compatible con la filosofía global de la carta fundamental, una vez definido el derecho de concesión vigoroso que ella permitía…..”
En dos meses, y basado en principios neoliberales se profundizó el cambio histórico de la dictadura de Pinochet, borrando la nacionalización del cobre que ha sido reconocida como la medida más trascendente desde el punto de vista económico, social y político de la historia de Chile.
Preocupa que en Ecuador, un cambio tan trascendente para el futuro del país, esté siendo discutido en un período tan breve de tiempo. Adicionalmente cuando estamos al inicio de una prolongada crisis mundial con una disminución no vista anteriormente por la rapidez con que se ha dado, la caída de los precios del petróleo, del cobre, alimentos y otros recursos. Parecería que este proyecto fue elaborado en condiciones completamente diferentes a la situación actual nacional y mundial, cuando lo precios estaban elevados y con una demanda creciente, es decir cualitativamente diferente a la situación actual.
mineria@accionecolo gica.org
1 Representante del ex presidente Salvador Allende en el Comité Ejecutivo y Gerente General de CODELCO (Corporación del Cobre) en Chile, empresa estatal chilena que nacionalizó y tomó la administración de las empresas mineras norteamericanas.
2 Ex asesor de la Comisión de la Minería del Senado Chileno, actualmente preside la el Comité de Defensa del Cobre
miércoles, 14 de enero de 2009
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